Cinco puertas de acceso para acercarse al Ap

Alvares 1. Los viajes misioneros de san Pablo. El primer estudio, firmado por el profesor Ariel Alvarez Valdés iblista argentino, recorre la experiencia del Apóstol a través de sus viajes. El autor “desmonta” la reconstrucción clásica de los “tres viajes misioneros”, seguidos por el “viaje de encarcelamiento”, según la narración de los Hechos de los Apóstoles, recalcando que toda la existencia de Pablo es una reiterada experiencia de anuncio enmarcada, si se mira más atentamente, en siete viajes misioneros. Y este número podría aún aumentar: en efecto, el experto biblista latinoamericano se detiene en el umbral de la prisión jerosolimitana de Pablo, sin atreverse a entrar en el debate, todavía abierto, acerca del destino del Apóstol después de la prisión romana. En otras palabras: ¿Pablo fue liberado o, al contrario, fue condenado enseguida a muerte? Y, en el caso de una liberación, ¿el Apóstol afrontó la misión en España o se limitó a visitar las comunidades fundadas por él, consolidando la obra del Espíritu? Preguntas que quedan abiertas, pero que permiten imaginar cuánto puedan ampliarse los recorridos de las misiones paulinas respecto a los itinerarios propuestos tradicionalmente.

Horacio Lona 2. Origen, forma y evolución del ministerio eclesial en las comunidades paulinas. La segunda puerta, elaborada por el biblista salesiano Horacio E. Lona, , se introduce en uno de los rasgos más delicados del pensamiento de Pablo: el relativo a su desarrollo. La diversidad entre los Evangelios y las Cartas de Pablo se juega precisamente bajo este aspecto: mientras cada uno de los Evangelios, aparte el complejo proceso redaccional, muestra una fuerte unidad de pensamiento y homogeneidad de contenido, recorriendo las Cartas de Pablo el lector detecta un pensamiento en vías de desarrollo, bien atribuible a Pablo, en las Cartas compuestas por él, o bien atribuible a sus discípulos, en las Cartas redactadas después de su muerte. El autor elige, a tal fin, el tema delicado y candente del ministerio eclesial, mostrando cómo la apasionada entrega al Evangelio va adquiriendo lentamente el rostro de ministerios más institucionales como respuesta al crecimiento de la comunidad y a necesidades cada vez más diversificadas. El conjunto queda jalonado en “trece tesis”, abriendo otras tantas pistas de debate y de profundización que se revelerán ciertamente útiles en el desarrollo del Seminario.

3. Los colaboradores de Pablo. La tercera pista de reflexión, encargada al biblista paulino congoleño Roger Wawa se abre sobre el mundo de las relaciones de Pablo: el Apóstol no es sólo un hombre que, para testimoniar el Evangelio, ha recorrido el mundo en múltiples viajes, ni mucho menos un pensador relevante que ha elaborado un sistema teológico en continua maduración; él fue, ante todo, un hombre de relaciones, un suscitador de energías. Es cuanto resulta del rico abanico de colaboradores, casi un centenar, mencionados en los Hechos de los Apóstoles y en las Cartas, gracias a los cuales Pablo pudo mantener los contactos con las comunidades incluso en situaciones muy complejas. Hombres y mujeres, no “sujetos” al Apóstol, sino colaboradores “en Cristo Jesús”, complementarios de Pablo e indispensables para la propagación del Evangelio.

4. Leer a Pablo en el siglo XXI. El cuarto artículo, sugerido por la biblista Maria Pascuzzi del la Universidad de San Diego en California, trata de precisar las principales corrientes de estudio sobre el apóstol Pablo que han caracterizado los últimos cincuenta años. Tras mostrar cómo, dentro incluso del Nuevo Testamento, es posible encontrar “retratos diferenciados” del apóstol Pablo (diverso es el Pablo que resulta de las Cartas déuteropaulinas, del que encontramos en los Hechos de los Apóstoles), la profesora estadounidense se centra esencialmente en tres líneas de lectura contemporánea: el enfoque retórico cuya atención recae directamente en los escritos del Apóstol captando en ellos una coherencia compositiva que se nutre a manos llenas de la retórica antigua (J.-N. Aletti, A. Pitta, J.T. Reed); la New Perspective cuyo objetivo consiste en resituar a Pablo en el contexto del hebraísmo de su época superando la oposición Ley-Gracia que, debido entre otras cosas al influjo de cierta lectura protestante, amenaza con distorsionar el mensaje de Pablo (J.D.G. Dunn, J.D. Moore, K. Seyoon); la lectura anti-imperial que, considerando a Pablo desde la perspectiva de su relación con el imperio romano, ve en el Apóstol a uno que, indirecta pero provocadoramente, ha desmontado una tras otra las bases del poder (J.D. Crossan, N. Elliott, R.A. Horsley).

5. El apóstol Pablo, inspirador y modelo. Nos ha parecido significativo indicar, como conclusión, una quinta puerta. A ella se refiere nada menos que la pluma y el corazón del Beato Giacomo Alberione , definido justamente como “el más grande admirador de san Pablo en el último siglo”. Él, entre finales del 1800 y primeros del 1900, percibiendo la actualidad de la invitación de Cristo «Venid todos a mí» (Mt 11,28) y observando que las masas estaban alejándose de la Iglesia, imaginó una nueva evangelización, junto a la tradicional basada en la parroquia. Y a su lado, imaginó una nueva figura de apóstol que, tomando por modelo a Pablo, debería constituirse en testimonio vivo y dinámico del Evangelio, sin temer la complejidad del mundo contemporáneo. Ideas, desafíos, retos de nuestro Fundador que pueden seguir interpelándonos, transformando el estudio de Pablo en un cotejo creativo con el carisma recibido como don..

Estas son las cinco puertas, detrás de cada una de las cuales se esconde un requerimiento y un compromiso… que se aclararán en la medida en que encaminemos un proceso de estudio indispensable para hacer fructuosos los trabajos de nuestro ya próximo Seminario.

1. Los viajes misioneros de san Pablo

Ariel Álvarez Valdés