19
Mar, Mar

26 de noviembre
BEATO SANTIAGO ALBERIONE
Presbitero y fondator

Fiesta

Vivir y dar al mundo a Jesucristo,
camino, verdad y vida


Santiago Alberione, fundador de la Familia Paulina, nació el día 4 de abril de 1884 en San Lorenzo di Fossano (Italia), en el seno de una familia campesina, profundamente cristiana y trabajadora.

Siendo aún adolescente entró en el Seminario de Alba,donde la noche del 31 de diciembre de 1900, puente entre dos siglos, durante cuatro largas horas de adoración eucarística, vivió una intensa experiencia espiritual. Tuvo una clara comprensión de la invitación de Jesús: «Venid a mí todos...» (Mt 11,28), advirtió la urgencia de prepararse para «hacer algo por el Señor y por los hombres del nuevo siglo.»

El 29 de junio de 1907 recibió la ordenación sacerdotal, a la que siguió una breve pero decisiva experiencia parroquial en Narzole (Cúneo). Posteriormente desempeñó el cargo de profesor y director espiritual en el seminario de Alba. Pero el Señor lo guiaba a una nueva misión: vivir y dar al mundo a Jesucristo camino, verdad y vida; predicar el Evangelio a todos los pueblos, con el espíritu del apóstol san Pablo, utilizando los medios más rápidos y eficaces que el progreso ofrece para la comunicación humana.

Para realizar esta misión, el Señor lo impulsó a dar vida a la «Familia Paulina», extendida hoy por todo el mundo, y compuesta por cinco Congregaciones religiosas —Sociedad de San Pablo, Hijas de San Pablo, Pías Discípulas del Divino Maestro, misal 150 Hermanas de Jesús Buen Pastor, Hermanas de María Reina de los Apóstoles—; cuatro Institutos de vida secular consagrada —Instituto Jesús Sacerdote, Instituto San Gabriel Arcángel, Instituto Virgen de la Anunciación, Instituto Santa Familia—, y una Asociación de laicos: los Cooperadores Paulinos.

Cumplida la obra que Dios le había encomendado, el 26 de noviembre de 1971, a los 87 años, dejó la tierra para ocupar su sitio en la Casa del Padre. Sus últimas horas se vieron confortadas con la visita y la bendición del papa Pablo VI, que nunca ocultó su admiración por el padre Alberione. El 27 de abril de 2003 el papa Juan Pablo II lo proclamó beato en la Plaza de San Pedro, de Roma.

Dos son los ideales que el beato Santiago Alberione persiguió con tenacidad durante toda su vida.

El primero fue la búsqueda de una profunda intimidad con Dios, llevada a cabo a través del empeño en una cada vez más plena configuración con Jesús Maestro, camino, verdad y vida, siguiendo el ejemplo del apóstol san Pablo, que pudo escribir de sí mismo: «Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí» (Ga 2,20). En ese sentido cultivó una intensa vida espiritual, alimentada en las fuentes de la Escritura y de la Eucaristía. En el prolongado contacto con Dios en la oración, capaz de alcanzar incluso las cumbres de la contemplación, conseguía la luz y la fuerza para las iniciativas que debía emprender, como él mismo recordaría: «Para mayor tranquilidad y confianza tiene que decir que tanto el comienzo como la continuación de la Familia Paulina procedieron siempre bajo una doble obediencia: a la inspiración ante Jesús euca-rístico, confirmada por el director espiritual, y, a la vez, a la expresa voluntad de los superiores eclesiásticos» (AD 29).

La gradual iluminación de lo alto, acogida con su característico estilo de oración contemplativo-apostólica, le permitió formular una rica espiritualidad, centrada en Jesús, Maestro y Pastor, camino, verdad y vida, tal como lo interpretó el apóstol san Pablo, a la luz de María, Madre, Maestra y Reina de los apóstoles. La meta que el Fundador se propuso 151 y propuso siempre a sus hijos como primer «empeño» fue siempre la plena configuración con Cristo: acoger todo el Cristo, camino, verdad y vida con toda la persona, mente, voluntad, corazón y fuerzas físicas.

El otro gran ideal que animó al beato Santiago Alberione fue el amor a los hombres. La constatación de que en el mundo viven aún tantas personas que no conocen a Cristo o no lo conocen suficientemente, le producía una santa inquietud, pero al mismo tiempo era un estímulo para su ardiente celo sacerdotal. Las numerosas fundaciones, la adopción de los medios más rápidos y eficaces de la comunicación social para el apostolado, las múltiples iniciativas emprendidas, tuvieron siempre un único objetivo: hacer llegar al mayor número de hombres y mujeres la palabra de Dios, y suscitar en ellos el amor a Cristo, en quien únicamente se encuentra la salvación. No se cansó de inculcar a sus hijos e hijas esos mismos ideales, animándoles a descubrir cada vez nuevas y más amplias perspectivas.

Quien comprendió y describió mejor que nadie la personalidad y el espíritu que animó al padre Alberione fue el papa Pablo VI. En una audiencia concedida a la Familia Pau-lina el 28 de junio de 1969, trazó este conmovedor retrato del Fundador, estando él presente: «Miradlo: humilde, silencioso, incansable, siempre alerta, siempre ensimismado en sus pensamientos, que van de la oración a la acción (según la fórmula tradicional: “ora et labora”), siempre atento a escrutar los “signos de los tiempos”, es decir, las formas más geniales de llegar a las almas, nuestro padre Alberione ha dado a la Iglesia nuevos instrumentos para expresarse, nuevos medios para vigorizar y ampliar su apostolado, nueva capacidad y nueva conciencia de la validez y de la posibilidad de su misión en el mundo moderno y con los medios modernos.»

Los textos, excepto la oración colecta, corresponden al común de pastores (misioneros).

 

MISA

RITO DE ENTRADA                                                                                                                                                                                                 Sal 95, 3-4

Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones: porque es grande el Señor y muy digno de alabanza.
   Se dice gloria.

Oraciòn Colecta
Oh Dios, que has suscitado en tu Iglesia
al beato Santiago Alberione, presbítero,
para que, con las diversas formas de comunicación,
anunciara al mundo a tu Hijo,
que es camino, verdad y vida;
concédenos, te rogamos,
que, siguiendo su ejemplo,
contribuyamos asiduamente
a la predicación del evangelio
a todos los hombres.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.

O bien 

Primera lectura
             ¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios                                                                                                                     9, 1 -19. 22-23

Hermanos:
El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!

Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.

Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos.

Y hago todo esto por el evangelio, para participar yo también de sus bienes.
Palabra de Dios.

O bien:
PRIMERA LECTURA

Vosotros sois nuestra carta

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios                                                                                                                            3, 1- a

Hermanos:
¿Ya empezamos otra vez a hacernos la propaganda?;
¿será que, como algunos individuos, necesitamos presentaros o pediros cartas de recomendación?
Vosotros sois nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres. Sois una carta de Cristo, redactada por nuestro ministerio, escrita no con tinta, sino con el espíritu de dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne del corazón.
Esta confianza con Dios la tenemos por Cristo.

No es que por nosotros mismos estemos capacitados para apuntarnos algo, como realización nuestra; nuestra capacidad nos viene de dios, que nos ha capacitado para ser servidores de una alianza nueva.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 
               Sal 88, 2-3. 4-5. 21-22. 25 y 27 (r.: cf. 2a)

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a david, mi siervo:
te fundaré un un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades. R.

Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él,
y mi brazo lo haga valeroso. R.

Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder.
Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca Salvadora.» R.

ALELUYA                                                                                                                                                                 Jn 14,
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida

 —dice el Señor—;
nadie va al Padre, sino por mí.


EVANGELIO
   Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.
 Lectura del santo evangelio según san Juan                                                                                                                                                    14, 1-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Que no tiemble vuestro corazón; creed en dios y creed también en mí. en la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»
Tomás le dice:
—«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde:
—«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.»
Felipe le dice:
—«Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Jesús le replica:
—«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre.
¿Cómo dices tú: “muéstranos al Padre”? ¿no crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. el Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.»
Palabra del Señor.

Oración Sobre las Ofrendas
Derrama, Señor, tu bendición desde el cielo
sobre los dones que te presentamos
en la fiesta del beato Santiago Alberione,
para que, al recibirlos,
alcancemos de tu misericordia
el perdón de nuestras culpas
y la abundancia de los bienes del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

   La presencia de los santos Pastores en la Iglesia

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

Porque nos concedes la alegría
de celebrar hoy la fiesta del beato Santiago Alberione,
fortaleciendo a tu Iglesia
con el ejemplo de su vida,
instruyéndola con su palabra
y protegiéndola con su intercesión.

Por eso,
con los ángeles y los santos,
te cantamos el himno de alabanza
diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...
  O bien el prefacio de los santos religiosos, p. 120.

Antífona de Comunión                                                                                                                                                                                               Jn 14, 12
Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.

O bien:                                                                                                                                                                                                                 Cf. Jn 15,4-5 

 Permaneced en mí, y yo en vosotros —dice el Señor—; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.

Oración Después de la Comunión
Vivifícanos, Señor,
por estos sacramentos que hemos recibido,
y al celebrar con gozo
la fiesta del beato Santiago Alberione,
concédenos que el ejemplo
de su celo apostólico
nos impulse a crecer cada día
en gracia y santidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

.


LITURGIA DELLE ORE

26 de noviembre
Beato Santiago Alberione,Presbítero Y Fundador
Fiesta*


Invitatorio
Ant. Aclamemos al Señor en esta celebración del beato Santiago Alberione.

                                  El salmo invitatorio como en el ordinario, pp. 277ss.

Oficio de lectura

Himno

 Oh Fuente de amor y de gracia,
de ti fluyen ríos eternos,
por ti surge un hombre elegido:
Santiago, tu fiel instrumento.
La noche que une dos siglos
se enciende al mediar su carrera;
con luz meridiana ilumina
la búsqueda fiel de Alberione.
Y llega la duda en la noche,
mas se oye una voz luminosa:
«Soy yo, no temáis; convertíos;
mirad, yo estaré con vosotros».
Mirando confiado a María,
formado a la escuela de Pablo,

* Para la profundización y meditación personal véase la lectura complementaria, p. 686.
nos muestra al Pastor y Maestro,
que es vida, verdad y camino.
Con fe recibimos tu «Pacto»,
la luz de la Hostia acogemos;
la fuerza del Verbo nos hace
heraldos de luz y Evangelio.
La gloria a Dios Padre por siempre
y a Cristo, Pastor y Maestro,
la gloria al Espíritu Santo
ahora y por siglos eternos. Amén

Salmodia

Ant. 1. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.

Salmo 20, 2-8. 14

Acción de gracias por la victoria del rey

El Señor resucitado recibió la vida, años que se prolongan sin término (S. Ireneo)

Señor, el rey se alegra por tu fuerza,

¡y cuánto goza con tu victoria!

Le has concedido el deseo de su corazón,

 no le has negado lo que pedían sus labios.

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,

 y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.

Te pidió vida, y se la has concedido,

años que se prolongan sin término.

Tu victoria ha engrandecido su fama,

lo has vestido de honor y majestad.

Le concedes bendiciones incesantes,

lo colmas de gozo en tu presencia;

porque el rey confía en el Señor,

y con la gracia del Altísimo no fracasará.

Levántate, Señor, con tu fuerza,

 y al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Ant. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.
Ant. 2. Cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

Salmo 91
Alabanza del Dios creador

Este salmo canta las maravillas realizadas en Cristo (S. Atanasio)

I

Es bueno dar gracias al Señor,

y tocar para tu nombre, oh Altísimo,

proclamar por la mañana tu misericordia

y de noche tu fidelidad,

con arpas de diez cuerdas y laúdes,

sobre arpegios de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría,

y mi júbilo, las obras de tus manos.

¡Qué magníficas son tus obras, Señor,

qué profundos tus designios!

El ignorante no los entiende,

ni el necio se da cuenta.

Aunque germinen como hierba los malvados,

y florezcan los malhechores,

serán destruidos para siempre.

Tú, en cambio, Señor,

 eres excelso por los siglos.
                                                                                                                                             Oficio de lectura
Ant. Cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.
Ant. 3. Empleado bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor.

II

Porque tus enemigos, Señor, perecerán,

los malhechores serán dispersados;

pero a mí me das la fuerza de un búfalo

y me unges con aceite nuevo.

Mis ojos despreciarán a mis enemigos,

mis oídos escucharán su derrota.

El justo crecerá como una palmera,

se alzará como un cedro del Líbano:

 plantado en la casa del Señor,

crecerá en los atrios de nuestro Dios;

en la vejez seguirá dando fruto,

y estará lozano y frondoso,

para proclamar que el Señor es justo,

que en mi Roca no existe la maldad.

Ant. Empleado bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor.

V. Escucharás una palabra de mi boca.

R. les darás la alarma de mi parte.

PRIMERA LECTURA

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios                                                                                                                                              2, 1-16

Enseñamos una sabiduría divina y misteriosa

Hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría,

pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté

 

a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino

en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el

poder de Dios.

Hablamos, entre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo, ni de los príncipes de este mundo, que

quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes

de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen

conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.

Sino, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los

que lo aman.» Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu. El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.

¿Quién conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Pues, lo mismo, lo íntimo

de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido un Espíritu que no es del mundo; es el

Espíritu que viene de Dios, para que tomemos conciencia de los dones que de Dios recibimos. Cuando explicamos

verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos en el lenguaje que enseña el saber humano, sino

en el que enseña el Espíritu.

A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo,

porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo

todo, mientras él no está sujeto al juicio de nadie. «¿Quién conoce la mente del Señor para poder instruirlo?» Pues

bien, nosotros tenemos la mente de Cristo.

 

oficio de lectura

RESPONSORIO BREVE                                                                                                                            1Co 1, 21. 23. 25

R. Quiso Dios valerse de la necedad de la predicación para salvar a los creyentes. * Nosotros predicamos a Cristo

 

crucificado.

 

V. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. *

 

Nosotros predicamos.

 

SEGUNDA LECTURA

 

De la obra autobiográfica Abundantes divitiae gratiae suae del beato Santiago Alberione

 

(Ed. San Pablo, Roma, 1998, núms. 13-20)

De la Hostia vino una luz especial

 

 
La noche que dividió el siglo pasado del corriente [el siglo XIX del siglo XX] fue decisiva para la misión específica

y el espíritu particular con que habría de nacer y vivir su futuro apostolado. Después de la misa solemne de

 

 

medianoche en la catedral (de Alba), se hizo la adoración solemne y prolongada ante el Santísimo expuesto.

Había leído la invitación de León XIII a rezar por el siglo que empezaba. El Papa hablaba de las necesidades

de la Iglesia, de los nuevos medios del mal, del deber de oponer prensa a prensa, organización a organización, de

la necesidad de hacer penetrar el Evangelio en las masas, de las cuestiones sociales.

De la Hostia vino una luz especial: mayor comprensión de la invitación de Jesús: Venid a mí, todos; le pareció

comprender el corazón del gran Papa, las invitaciones de la Iglesia, la verdadera misión del sacerdote. Se sintió

profundamente obligado a prepararse para hacer algo por el Señor y por los hombres del nuevo siglo, con quienes

habría de vivir.

Tuvo una sensación bastante clara de su propia nulidad, y al mismo tiempo oyó: Yo estoy con vosotros...hasta el fin

 del mundo en la Eucaristía; y que en Jesús- Hostia se podía tener luz, alimento, consuelo y victoria sobre el mal.

Vagando con la mente en el futuro, le parecía que en el nuevo siglo personas generosas sentirían cuanto él

sentía. Ya había recibido confidencias de compañeros seminaristas: él con ellos, ellos con él, nutriéndose todos

del sagrario.

La oración duró cuatro horas, después de la misa solemne [pidiendo]: que el siglo naciera en Cristo-Eucaristía;

que nuevos apóstoles sanearan las leyes, la escuela, la literatura, la prensa, las costumbres; que la Iglesia tuviera

un nuevo empuje misionero; que se usaran bien los nuevos medios de apostolado; que la sociedad acogie-se

las grandes enseñanzas de las encíclicas de León XIII, especialmente las concernientes a las cuestiones sociales

y a la libertad de la Iglesia.

La Eucaristía, el Evangelio, el Papa, el nuevo siglo, los nuevos medios, la necesidad de un nuevo escuadrón de

apóstoles se le clavaron de tal modo en la mente y en el corazón, que luego dominaron siempre sus pensamientos,

oración, trabajo interior y aspiraciones. Se sintió obligado a servir a la Iglesia, a los hombres del nuevo siglo y a

trabajar con otros en organización.

 

Responsorio                                                                                                                                                     Ef 3, 8-9. 10

R. A mí, el más insignificante de todo el pueblo santo, se me ha dado esta gracia: anunciar a los gentiles la riqueza

 

insondable que es Cristo * E iluminar la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en

Dios, creador de todo.

 

V. Así, mediante la Iglesia, los principados y potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría

 

de Dios. * E iluminar.

 

Himno Te Deum, p. 283.

 

Oración

Oh Dios, que has suscitado en tu Iglesia al beato Santiago Alberione, presbítero, para que, con las diversas

 

formas de comunicación, anunciara al mundo a tu Hijo, que es camino, verdad y vida; concédenos, te rogamos,

que, siguiendo su ejemplo, contribuyamos asiduamente a la predicación del Evangelio a todos los hombres. Por

nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos

de los siglos.

 

 Laudes

 

 Himno

 

El Señor te plantó como un árbol

 

regado con trabajo y oración.

El Señor te eligió como a Pablo,

y la inquietud de Pablo

sembró en tu corazón.

Todo lo haces por amor al Evangelio.

Todo lo puedes en aquel que te conforta.

Es el amor de Dios la fuerza que te mueve.

Y el hombre, hijo de Dios, lo que te importa.

Eres humilde porque piensas siempre en grande.

Igual que Pablo, tú no sabes de fronteras.

Porque conoces bien los signos de los tiempos,

tu púlpito será la tierra entera.

Para la acción naciste tú, por eso oras.

Para el amor naciste tú, por eso amas.

De todo tú te sirves por llegar a todos.

A ti Dios te llamó y tú a todos llamas. Amén.

 

Salmodia

Ant. 1. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I, p. 

Ant. 2. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre.

Ant. 3. La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo.

LECTURA BREVE                                                                                                                                              Hb 13, 7-9a

 

Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad

su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. No os dejéis arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas.

 

Responsorio breve

R. Sobre tus murallas, Jerusalén, * He colocado centinelas. Sobre.

V. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor. * He colocado centinelas. Gloria al Padre.

 

Sobre.

 

Benedictus, ant. No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.

laudes

Preces

 

Por intercesión del beato Santiago Alberione, dirijamos nuestra súplica a Cristo Maestro y Pastor, que sigue

 socorriendo las necesidades y suscitando nuevas vocaciones por los caminos del mundo, y digamos: Jesús

Maestro, camino, verdad y vida, ten piedad de nosotros.

Tú que, desde el sagrario, iluminaste al joven Alberione, revelándole tu deseo de atraer a todos hacia ti,

— haz que todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo acojan la luz del Evangelio.

Tú que depositaste en el corazón de Santiago Alberione el celo apostólico de san Pablo por la salvación de los

alejados,

— haznos sensibles y generosos a las llamadas de los que viven al margen de tu Iglesia.

Tú que concediste al beato Santiago Alberione el don de pasar constantemente de la contemplación a la acción,

— haznos fervorosos en la oración y entusiastas en el apostolado.

Tú que hiciste a nuestro Fundador formador iluminado y paternal de almas apostólicas,

— concede a todos los formadores discernimiento vocacional y eficacia en la guía de los jóvenes que se les han encomendado.

Tú que dotaste al beato Alberione de extraordinaria intrepidez apostólica y de dócil obediencia a los superiores,

— concédenos a nosotros una cordial fidelidad a las directrices del magisterio eclesial.

Nuestro Fundador prometió ser siempre «servidor de la admirable Familia Paulina, ahora y en el cielo», e interceder

por todos los agentes de la comunicación social,

— concede a los nuevos apóstoles de la evangelización la gracia de alcanzar con él el Reino eterno.

Padre nuestro.

 

 

 

Oración

Oh Dios, que has suscitado en tu Iglesia al beato Santiago Alberione, presbítero, para que, con las diversas

 

formas de comunicación, anunciara al mundo a tu Hijo, que es camino, verdad y vida; concédenos, te rogamos,

que, siguiendo su ejemplo, contribuyamos asiduamente a la predicación del Evangelio a todos los hombres. Por

nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de

 los siglos.

 

 

Hora intermedia

Himno, pp. 295ss.

Las antífonas y los salmos, de la feria correspondiente.

 

Tercia

 

LECTURA BREVE                                                                                                                                                 1Tm 4, 16

 

Cuídate tú y cuida la enseñanza; sé constante; si lo haces, te salvarás a ti y a los que te escuchan.

 

V. Escogió el Señor a su siervo.

R. Para pastorear a Jacob, su heredad.

 

Sexta

 

LECTURA BREVE                                                                                                                                                 1Tm 1, 12

 

Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio.

 

V. No me avergüenzo del Evangelio.

R. Que es una fuerza de Dios para la salvación.

 

Nona

 

LECTURA BREVE                                                                                                                                                 1Tm 3, 13

 

Los que se hayan distinguido en el servicio progresarán y tendrán libertad para exponer la fe en Cristo Jesús.

 

V. Si el Señor no construye la casa.

R. En vano se cansan los albañiles.

 

Oración

Oh Dios, que has suscitado en tu Iglesia al beato Santiago Alberione, presbítero, para que, con las diversas

 

formas de comunicación, anunciara al mundo a tu Hijo, que es camino, verdad y vida; concédenos, te rogamos,

que, siguiendo su ejemplo, contribuyamos asiduamente a la predicación del Evangelio a todos los hombres. Por

Jesucristo nuestro Señor

 

ViSPERAS

Himno

Los signos de los tiempos

 

leíste como nadie.

Todo el afán de Pablo

vibró en tu corazón.

Tu parroquia fue el mundo;

tu púlpito, los medios

de comunicación.

Como Pablo miraste a lo alto

y alzaste tu vuelo.

Como Pablo en el diario trabajo,

buscaste el sustento.

Como Pablo tú abriste caminos

llegando a otros pueblos.

Como Pablo desprecio sufriste

por el Evangelio.

Como Pablo a su tiempo le hablaba,

le hablaste a tu tiempo.

Como Pablo, le diste a tu mundo

noticia del Reino.

Aquel fuego que a Pablo abrasaba

fue tu mismo fuego,

y el empeño y amor con que amaba

fue tu amor y empeño. Amén.

 

Salmodia

Ant. 1. Soy ministro del Evangelio por el don de la gracia de Dios.

Salmo 14

¿Quién es just o ante el Señor?

Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo (Hb 12, 22)

Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda

 

y habitar en tu monte santo?

El que procede honradamente

y practica la justicia,

el que tiene intenciones leales

y no calumnia con su lengua,

el que no hace mal a su prójimo

ni difama al vecino,

el que considera despreciable al impío

y honra a los que temen al Señor,

el que no retracta lo que juró

aun en daño propio,

el que no presta dinero a usura

ni acepta soborno contra el inocente.

El que así obra nunca fallará.

 

Ant. Soy ministro del Evangelio por el don de la gracia de Dios.

Ant. 2. Éste es el criado fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre.

 

Salmo 111

Felicidad del justo

Caminad como hijos de la luz: toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz (Ef 5, 8-9)

 

Dichoso quien teme al Señor

 

 

y ama de corazón sus mandatos.

Su linaje será poderoso en la tierra,

la descendencia del justo será bendita.

En su casa habrá riquezas y abundancia

su caridad es constante, sin falta.

En las tinieblas brilla como una luz

el que es justo, clemente y compasivo

Dichoso el que se apiada y presta,

y administra rectamente sus asuntos.

El justo jamás vacilará,

su recuerdo será perpetuo.

No temerá las malas noticias,

su corazón está firme en el Señor.

Su corazón está seguro, sin temor,

hasta que vea derrotados a sus enemigos.

Reparte limosna a los pobres;

su caridad es constante, sin falta,

y alzará la frente con dignidad.

El malvado, al verlo, se irritará,

rechinará los dientes hasta consumirse.

La ambición del malvado fracasará.

 

Ant. Éste es el criado fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre.

Ant. 3. Mis ovejas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.

Cántico                                                                                                                                                                Ap 15, 3-4

Himno de adoración

Grandes y maravillosas son tus obras,

 

Señor, Dios omnipotente,

justos y verdaderos tus caminos,

¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,

y glorificará tu nombre?

Porque tú solo eres santo,

porque vendrán todas las naciones

y se postrarán en tu acatamiento,

porque tus juicios se hicieron manifiestos.

 

Ant. Mis ovejas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.

LECTURA BREVE                                                                                                                                           Rm 8, 28-30

 

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A

 

 

los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos

hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

 

Responsorio breve

R. E l Señor es justo * Y ama la justicia. El Señor.

V. Los buenos verán su rostro. * Y ama la justicia. Gloria al Padre. El Señor.

Magníficat, ant. Éste es el criado fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les

 

reparta la ración a sus horas.

 

O bien: Te doy gracias, Cristo, pastor bueno, porque has querido glorificarme; te suplico que las ovejas que

 

pusiste a mi cuidado participen conmigo eternamente de tu gloria.

 

Preces

 

Unidos en la oración con todos nuestros hermanos y hermanas dispersos por el mundo, invoquemos con fe al

Divino Maestro y Pastor, y digamos:

Haznos discípulos tuyos y escúchanos, Señor.

 

Tú que, por medio de nuestro Fundador, nos has llamado a renovar en la Iglesia el celo de los primeros apóstoles,

 

siendo «san Pablo vivo hoy»,

— concede a todos los heraldos del Evangelio sabiduría y santidad.

Tú que, a la escuela del beato Alberione, nos has enseñado a cultivar «la oración ante todo, sobre todo, vida

de todo»,

 

— enséñanos a buscar ante el sagrario la luz y la fuerza de tu Espíritu.

Tú que sostuviste al beato Alberione en sus dificultades con las palabras: «Yo estoy con vosotros. No temáis»,

— danos fe constante en tu asistencia y la superación de todo temor.

Tú que dijiste a tu siervo: «Desde aquí quiero iluminar»,

— no permitas que pongamos obstáculos a tu Luz, y haznos transparentes difusores de la Verdad que salva.

Tú que nos has pedido que vivamos «en continua conversión », confiando plenamente en tu misericordia,

— despierta en nosotros ese deseo y haz que seamos conscientes de nuestra pobreza.

Tú que inspiraste al Padre Alberione, moribundo, el testamento de sus últimas palabras: «Paraíso, paraíso»,

— concede a nuestros hermanos y hermanas difuntos, el gozo del premio eterno con todos los santos del cielo.

Padre nuestro

 

Oración

Oh Dios, que has suscitado en tu Iglesia al beato Santiago Alberione, presbítero, para que, con las diversas

 

 

formas de comunicación, anunciara al mundo a tu Hijo, que es camino, verdad y vida; concédenos, te rogamos,

que, siguiendo su ejemplo, contribuyamos asiduamente a la predicación del Evangelio a todos los hombres. Por

nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos

de los siglos.