La intervención de Neil Elliott enriqueció posteriormente a la asamblea mostrando la potencialidad de una nueva aproximación, la política, que nació en el ámbito d ela teología de la liberación. El estudioso presbiteriano lo ha aplicado a la carta a los Romanos, mostrando como Pablo habría compuesto este escrito con una doble finalidad: minar la lógica opresiva del imperio romano y consolidar una comunidad que corría el riesgo de marginar el componente judío para evitar la represalia del poder romano, en un período caracterizado de fuertes tensiones entre Roma y las distintas manifestaciones del judaísmo.
Pero el biblista más esperado ha sido sin duda el inglés James Dunn , cuyos estudios constituyen hoy un punto de referencia imprescindible para quien quiera confrontarse con la teología de Pablo y con los orígenes del cristianismo. Fundador de la llamada New Perspective particularmente sensible al trasfondo judío de los orígenes cristianos, el estudioso de la universidad de Durham tuvo cuatro conferencias, cada una de las cuales vino seguida de una ”cascada” de preguntas. La claridad del método y la pasión por el Apóstol hicieron especialmente fructíferos los trabajos que sacaron a la luz las provocaciones de un apóstol que rompe con cualquier forma de exclusivismo e inaugura la misión cristiana entendida como anuncio del Cristo a todas las naciones. El ser in Cristo fue presentado como el fundamento de la comunidad que Pablo inaugura, caracterizada por la dimensión de la koinonia y de la experiencia de los carismas del Espíritu. Una Iglesia que no escucha a Pablo, subrayó el prof. Dunn, es una Iglesia incapaz de escuchar al Espíritu, destinada a desplomarse sobre sí misma. En esta primera fase, dedicada a la profundización bíblica, el perfil de Pablo se ha leído y releído a través de las perspectivas más diversas: ha habido quien ha sugerido retirarle el título de “doctor gentium” sosteniendo que tal definición no sea del todo adecuada; quien ha invitado a privarlo de su espada, símbolo ambiguo y peligroso; quien incluso no tendría reparos en retirarle el libro que lleva entre las manos, anacrónico para un apóstol que vive en el siglo I… Surge espontánea la pregunta: “Bien, al final ¿qué nos queda?” Queda el hombre adherido a Cristo, que ha hecho del Evangelio su razón de vida, hasta el punto de traducirlo en anuncio acuciante y universal, en nombre del cuál incluso los sufrimientos, las fatigas, las persecuciones, se vuelven espacio en el que el Espíritu actúa y encuentra al hombre de todo tiempo y cultura. Este es el Pablo que nos desafía. Este es el Pablo que ha apasionado al beato Alberione, en compañía del cual viviremos la segunda fase de los trabajos, con el fin de recuperar la clave hermenéutica para nosotros más preciada: la que se encuentra recogida en nuestra herencia carismática. Desde Ariccia, un recuerdo y un saludo a todos los hermanos y hermanas de la Familia Paulina. | {flv}sisp2009/Tal{/flv} {flv}sisp2009/dunn{/flv} |
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