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Para nadie es un secreto la situación de orden público por la cual atraviesa la nación colombiana; dicha situación, surge en medio de una mezcla de acciones políticas y sociales que han desencadenado -en un tiempo no favorable para nadie- una ola de levantamientos en torno a la protesta como mecanismo de participación ciudadana. No obstante, las condiciones en las que se gesta tal participación parecieran no ser las adecuadas, pues el mundo atraviesa el segundo año de una pandemia tan cruel que ha matado a pobres y ricos y que parece ser, en medio del caos, lo único ‘justo’.

A través de la Ley 1757 de 2005, se fijan las disposiciones en materia de promoción y protección en el derecho a la participación democrática: cabildo abierto, consulta popular, revocatorias, plebiscitos y otros más… Tales mecanismos están a disposición de los ciudadanos, algunos los conocen otros no tanto; lo cierto es que por medio de ellos el pueblo puede corregir el curso de sus administraciones, o por lo menos eso es lo que dicta la Ley en mención. Es así como en estos tiempos de COVID, desde Colombia se han hecho evidentes el florecimiento de realidades ocultas en desigualdad social y en la poca (o nula) inversión de los recursos de todos para subsanar las necesidades de los más pobres, todo lo anterior unido a la crítica nacional que enfrenta el Gobierno colombiano, frente a un pueblo que reclama mejores condiciones para vivir y la reforma profunda de instituciones gubernamentales.

Frente a esta realidad que dibuja el tiempo presente, acompañada de una pandemia que no da tregua, es importante brindar un mensaje desde la escatología, como tratado de la esperanza, en la que el cristiano encuentra fuerzas para afrontar las realidades que lo circundan, no desde un ya pero todavía no, sino desde un aquí y ahora. Frente a los desmanes ocurridos en todo el país, es valiente rescatar el papel que juegan hoy los jóvenes que toman las riendas de la profecía actual para denunciar y anunciar, para reclamar un futuro mejor para todos. Al mismo nivel, la labor titánica de los médicos y el personal de la salud, quienes se compadecen al lado de los que sufren, siendo luces en medio de la oscuridad. Pero no se pueden olvidar aquellas acciones que, lejos de brindar esperanza, terminan socavando la situación y llevando al límite la existencia y el bienestar de otros.

También habría que preguntarse por la legitimidad de una protesta que no cesa y que bloquea la economía de los más pobres; muchos lo han perdido todo en esta situación y al parecer la única esperanza que les queda es confiar en que pronto todo volverá a la normalidad.

No será fácil, enfrentar un gobierno que ejerce una represión brutal contra sus ciudadanos y que cobija, por el contrario, a sus políticos con el manto de la corrupción, que no ha traído sino injusticia y pobreza, y de paso, desesperanza para un pueblo que quiere la paz.

 

* Miguel Ángel Arellanos è chierico paolino colombiano.

 

Agenda Paolina

March 29, 2024

Passione del Signore (viola)
Astinenza e digiuno
Is 52,13–53,12; Sal 30; Eb 4,14-16; 5,7-9; Gv 18,1–19,42

March 29, 2024

* SSP: 1947 a Santiago de Chile (Cile).

March 29, 2024SSP: D. Felipe Gutiérrez (2004) - Fr. Natale Luigi Corso (2014) • FSP: Sr. Teresa Bianco (1995) - Sr. Guglielmina Oliboni (1995) - Sr. Mansueta Chiesa (2005) - Sr. Lucia Migliore (2007) - Sr. Carla (Clelia) Ferrari (2012) - Sr. Mary Bernadette Fitzgerald (2020) - Sr. Maria Carmen Conti (2020) • PD: Sr. M. Cornelia De Toffoli (1996) - Sr. M. Veritas Montecchio (2017) • IGS: D. Michele Sarullo (1993) • IMSA: Giuseppina Sanfilippo (2009) - Rosetta Budelacci (2022) • ISF: Egidio Pitzus (1997) - Giovanni Sticca (1997) - Antonietta Turco (1997) - Isabel Sabugo (2002) - Giovanni Italiano (2011).