A las 20,45 (hora local) del 7 de enero de 2017, en la comunidad de Vizconde de los Asilos, Madrid (España), pasó a la vida eterna nuestro hermano Discípulo del Divino Maestro
HNO. MANUEL PÍO MARTÍNEZ
84 años de edad, 69 de vida paulina, 62 de profesión religiosa
El Hno. Manuel Pío nació en Sabuz (Orense), norte de España, el 22 de diciembre de 1932. Segundo de siete entre hermanos y hermanas, fue bautizado dos días después, vigilia de Navidad, y confirmado el 16 de septiembre de 1946. Hizo su ingreso en Casa en el Colegio de Zalla el 10 de septiembre de 1947, cuando no había cumplido 15 años. Entrado en el noviciado el 7 de septiembre de 1953 en Deusto (Bilbao), emitió allí la primera profesión el 8 de septiembre de 1954, ratificándola para siempre en Roma exactamente cinco años después. Aquel mismo año, 1959, partió enviado como misionero a Cuba, justo cuando la isla vivía los dramáticos acontecimientos de la revolución castrista, culminada con la batalla de Santa Clara (30 de diciembre de 1958). Allí, Manuel Pío, entre las múltiples dificultades del momento, experimentó también las alegrías del apostolado, sustentado siempre por la convicción de que la mano de Dios acompaña a los pioneros paulinos en una realidad, la cubana, sobre la que el Primer Maestro tanto apostaba y que, en cambio, en 1961 –cuando nuestros hermanos fueron obligados a abandonar la isla, al precipitarse la situación política internacional (Bahía de Cochinos y sucesivo embargo usamericano)– tuvo que cerrar las puertas. Muchos años después, el 8 de diciembre de 2012, la reapertura de la comunidad paulina de La Habana debió suscitar en el Hno. Manolo una profunda alegría, viendo cumplirse así el voto del Primo Maestro, escrito en una carta el 23 de marzo de 1961, dirigida precisamente a él y a los hermanos de la comunidad cubana. En aquel entonces el Fundador les invitaba a confiar en una reapertura de la comunidad: «Vivir santamente la vida religiosa. Rezar constantemente a la Reina de los Apóstoles con confianza. Descansar en sus brazos. Desarrollar las vocaciones... confiar». Una lección válida también para nosotros, discípulos paulinos de hoy.
En 1961 se traslada por cinco años a Roma, donde desempeña el apostolado de la librería hasta 1966. Tras haber pasado un año en Madrid (1966-1967), siempre como librero, y después de un denso intercambio epistolar con los Superiores generales de la época, acepta la obediencia y vuelve a la misión, esta vez a Caracas (Venezuela), donde permanecerá numerosos años, hasta el pasado febrero. Entre Caracas y El Hatillo trabaja como librero, en la difusión, en la administración, como ecónomo, responsable de la exportación y del almacén y, finalmente, como corrector de pruebas de la hojita “Domingo”.
A finales de 1995 supera con éxito una seria intervención quirúrgica en Roma, saliendo de la prueba con renovado entusiasmo apostólico y determinado a volver a Caracas, ciudad tan querida por él. Allí continúa su actividad apostólica hasta febrero de 2016, cuando, a causa de un tumor maxifacial, la Provincia España con gran amor y disponibilidad lo acoge en la comunidad de Vizconde de los Asilos (Madrid) dotada de una eficiente enfermería. Los meses de curas dolorosas pasados en varios hospitales de la capital española no minaron su espíritu y con gran fuerza de ánimo siguió siempre esperando poder regresar a la querida Caracas, considerada como su nueva patria, segunda sólo a su tierra natal gallega. El testimonio de quien le ha conocido más de cerca en sus 69 años de vida paulina releva la generosidad y entrega de este nuestro querido hermano, fiel Discípulo del Divino Maestro y paulino de cuerpo entero. El Superior provincial de España, P. Lázaro García, recuerda en su escrito estos últimos once meses del Hno. Manuel Pío transcurridos en Madrid, su constante preocupación por el apostolado paulino en Venezuela y en España y la profunda devoción a la Reina de los Apóstoles, a la que invocaba cada día con la oración del Rosario.
Terminó su vida terrena la tarde del 7 de enero a causa de una crisis cardio-respiratoria y metástasis pulmonar, que aceleraron su fallecimiento. Todo el trabajo, el esfuerzo humano, la lucha que llevó adelante en situaciones a veces difíciles, atestiguadas por sus numerosas cartas a los Superiores generales, dan a ver su auténtico espíritu paulino, que le empujó, incluso en circunstancias desoladoras, a la difusión del Evangelio para el bien del pueblo de Dios, de la Congregación y de la Iglesia.
Confiamos ahora el hermano Manuel Pío al Rey Niño que acabamos de honrar en Navidad; y a este nuestro hermano le pedimos que continúe su obra de apóstol en el cielo, intercediendo por las Circunscripciones donde sirvió fielmente durante tantos años: España y Venezuela.
Roma, 8 de enero de 2017
P. Stefano Stimamiglio, ssp
Secretario general
Los funerales se tuvieron el domingo 8 de enero de 2017 a las 19 (hora local) en la comunidad de Protasio Gómez de Madrid. Sus cenizas descansarán en el cementerio de Las Rozas (Madrid).
Los Superiores de Circunscripción informen a sus comunidades para los sufragios prescritos (Const. 65 y 65.1).
