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Vie, Abr

Oh divino Espíritu,
que, enviado por el Padre en el nombre de Jesús,
asistes y guías infaliblemente a la Iglesia,
derrama sobre nuestro Capítulo la plenitud de tus dones.

Oh suave Maestro y Consolador,
ilumina nuestra mente,
haz que de este Capítulo maduren frutos abundantes;
adquiera nuevo vigor nuestro compromiso
de santificación y de apostolado
y se difunda más abundantemente entre los hombres
la luz y la fuerza del Evangelio.

Oh dulce Huésped de las almas,
confirma nuestras mentes en la verdad,
dispón a la obediencia el corazón de todos,
para que las deliberaciones del Capítulo
encuentren asentimiento generoso y cumplimiento pleno.

Renueva en nuestra Familia
los prodigios de un nuevo Pentecostés.
Haz que, reunida en unánime y más intensa oración
en torno a María, la Madre de Jesús, y guiada por Pedro,
difunda el reino del Maestro divino,
en el espíritu del apóstol Pablo. Amén.