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Un acontecimiento más para realzar la celebración del año vocacional de la familia paulina, fue la profesión perpetua del clérigo Reinaldo Alberto Palencia. La ceremonia, sobria como lo sugiere la actual situación del país, pero cálida por el recogimiento y la fraternidad que la enmarcaron, tuvo lugar el sábado 4 de mayo, en la Capilla San Pablo de la Comunidad de El Hatillo.

El tema inspirador que iluminó tanto la preparación del evento como su celebración fue la sabiduría, no como bagaje de conocimientos ni cúmulo de experiencias, sino como crecimiento continuo y vigilante del discípulo que sabe mantenerse expectante ante la inminencia de la acción de Dios.

Algunos miembros de su familia pudieron venir desde Barquisimeto, no obstante las actuales trabas para trasladarse de un lugar a otro. Lo rodearon también el afecto de sus hermanos de comunidad y la presencia festiva de representantes de la familia Paulina de Venezuela, así como de algunos de los vecinos de El Hatillo.

Fue un momento fuerte por la densidad del hecho que se celebraba, pero también porque era una manera de reiterar que la Familia Paulina en Venezuela se empeña con firmeza en mantener encendida la llama de la esperanza, plenamente convencida de la actualidad del carisma recibido, remando tantas veces a contracorriente, y anhelando que la paz de Cristo resucitado descienda sobre los corazones que hoy, en Venezuela, son presa fácil del miedo, del rencor y de las informaciones tergiversadas.